- La neurociencia hace tiempo que ha demostrado que las emociones positivas facilitan el aprendizaje. Por tanto, el aprendizaje, la autoestima y el disfrute sólo pueden ir de la mano.
- Emociones negativas como el miedo o el estrés, sin embargo, dificultan enormemente que la información llegue a una región del cerebro llamada corteza prefrontal, donde residen procesos cognitivos fundamentales como la atención. Y es la atención la que nos permite concentrarnos en una tarea determinada. ¿Cuántas veces hemos sentido que el miedo nos bloquea, nos impide pensar?
- Cuando no hay miedos ni falta de autoestima, el esfuerzo y el error, que forman parte de cualquier proceso de aprendizaje, se asimilan de forma natural, y se viven como una oportunidad de aprender, de incrementar nuestra propia capacidad en un área.
- Por ello… En cada momento de la terapia se fomenta en el niño el desarrollo de la autoestima y de la seguridad en sí mismo.